Su nombre de guerra es Baram y hace dos que meses se incorporó a las YPG. La semana pasada fue herido por dos minas que estallaron simultaneamente. Sobrevivió, no ha perdido ningún miembro y ahora se recupera en el hospital de las múltiples contusiones y la fractura en un brazo. Viajó a Rojava tras participar en los movimientos contra la crisis del sur de Europa y porque cree que es importante mantener el idealismo. Es así como entiende el Confederalismo Democrático, como una serie de pautas sencillas y de sentido común, a aplicar en la sociedad. Al mismo tiempo Baram se expresa con realismo: “La realidad de la guerra es difícil de ententer desde afuera”, dice, “hasta que no estás delante del enemigo y no escuchas el estrépito de las armas a tu alrededor es difícil saber cómo reaccionarás. Poco a poco te vas acostumbrando, al principio yo sentí pánico. Al principio siempre nos destinaban en la retaguardia, pero uno siempre quiere ir a más, quiere sentir el combate. Lo más peligroso es confiarse, y uno acaba por hacerlo, te parece que todo esta tranquilo, que no te va a pasar nada, hasta que te pasa...”. En su caso un coche blindado les transportó con cuatro compañeros a un pueblo donde se combatía casa por casa. Al bajar del coche cruzaron una calle y una mina antitanque explotó, martirizando a uno de sus compañeros, los demás retrocedieron y entonces explotó la otra mina por detrás.
Mucho de los heridos en combate a día de hoy lo son debido a las minas. El Daesh (ISIS) las coloca en el terreno al retirarse, éstas pueden ser accionadas por control remoto. Las colocan también detrás de las puertas de las casas, para que estallen al abrirlas, en los cajones de los muebles, en cualquier sitio inimaginable. Las minas en Rojava son un problema que sólo se podrá solucionar a largo plazo.
Baram comenta continuamente la improvisación y la confusión a la hora de organizarse en el frente, "se pasa mal", pero tampoco olvida los buenos momentos pasados con algunos compañeros: “son los momentos en que te crees que esta revolución va en serio”.
Se muestra preocupado por la reacción que el gobierno de su país pueda tener una vez regrese, teme que lo encarcelen, y hablamos de lo absurdo de semejante circunstancia. Pues son las YPG/ YPJ y los voluntarios internacionales quienes más eficazmente combaten al Daesh (ISIS), al tiempo que impulsan un proceso político respetuoso con todas las minorías y respetuoso en la igualdad de género.
@annafrank4
Mucho de los heridos en combate a día de hoy lo son debido a las minas. El Daesh (ISIS) las coloca en el terreno al retirarse, éstas pueden ser accionadas por control remoto. Las colocan también detrás de las puertas de las casas, para que estallen al abrirlas, en los cajones de los muebles, en cualquier sitio inimaginable. Las minas en Rojava son un problema que sólo se podrá solucionar a largo plazo.
Baram comenta continuamente la improvisación y la confusión a la hora de organizarse en el frente, "se pasa mal", pero tampoco olvida los buenos momentos pasados con algunos compañeros: “son los momentos en que te crees que esta revolución va en serio”.
Se muestra preocupado por la reacción que el gobierno de su país pueda tener una vez regrese, teme que lo encarcelen, y hablamos de lo absurdo de semejante circunstancia. Pues son las YPG/ YPJ y los voluntarios internacionales quienes más eficazmente combaten al Daesh (ISIS), al tiempo que impulsan un proceso político respetuoso con todas las minorías y respetuoso en la igualdad de género.
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