Nunca, en la historia turca, habían muerto tantas personas en un atentado. Hasta ahora el peor atentado de las últimas décadas había sido el de Suruc, con 35 víctimas mortales. Y la historia turca, sobretodo la reciente, está llena de atentados de distinto signo; extrema derecha, izquierda revolucionaria, movimiento kurdo y para policiales. Los últimos atentados en Turquía, sin embargo, tienen un claro signo y similitudes. El ataque triple de hoy se parece mucho al atentado de Suruc, también contra la izquierda turca que defiende los derechos de la minoría kurda, que, además, ha sido reivindicado por ninguna organización. También es similar al del 5 de junio, hubo un atentado similar contra un míting electoral del HDP.
Hay varias coincidencias. Ninguna de las tres acciones ha sido reivindicada y los tres han servido a los intereses del gobierno islamista conservador del AKP. El primero fue dos días antes de las elecciones para aparecer como alternativa al movimiento kurdo y representar la estabilidad, calentar los ánimos que, Erdogan cree que lo llevarán a la presidencia eterna. Recep Tayyip Erdogan, presidente turco y caudillo del AKP, cree que su victoria electoral pasa por aumentar la violencia, crear una espiral donde el HDP no pueda desarrollar política pacíficamente y emerger como sultán neo otomano frente a los "rebeldes" kurdos . Así podemos entender el segundo atentado, el de Suruc, tras las elecciones. Sirvió al AKP para abrir el conflicto armado contra el PKK dejando al HDP, moderado, atrapado entre las violencias del estado y la de la guerrilla. Quien salía reforzado? El AKP. Y el tercero, el de hoy, tiene el mismo signo y vuelve a reforzar un AKP que quiere aparecer como pacificador de un conflicto que alimenta, promueve y de lo que quiere obtener votos a cambio de sangre.
Más coincidencias. En los tres han aparecido los mismos restos de metralla, balas de acero. En los tres casos los ataques se realizaron con impunidad policial, connivencia o facilidades. En los tres casos la policía reaccionó atacando las víctimas y entorpeciendo la llegada de ambulancias. Hoy han sido los taxis de Ankara quienes han salvado muchas vidas. En los tres casos el objetivo ha sido el mismo: el HDP y la izquierda turca laica no imperialista, la que no se dobla a los delirios imperialistas de Erdogan. La que cree en una Turquía democrática y principios como los que defendieron dos de los fundadores, turcos, del PKK: "La revolución en Turquía pasar por un Kurdistán libre". Los turcos demócratas, y la minoría turca como objetivo de atentados impunes. Sin culpables, sin reivindicaciones. Atentados que pasan en un país hiper militarizado y donde cada noche nos sorprende un toque de queda en alguna población kurda.
Los atentados de hoy en Ankara, ahora, según el propio gobierno turco, han provocado 97 víctimas mortales: 62 personas han muerto en el lugar de los hechos, la estación de tren. Hay 186 personas heridas. Según la asociación de médicos los muertos son 105.
Por todo ello, hoy, cuando se marchaba por las calles de Ankara para protestar por el ataque terrorista no se clamaba "Venganza", ni "Justicia", ni "Basta ya". El grito unánimer era "Katil Erdogan, Katil AKP" (Erdogan asesino, AKP asesino).
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