Los presos políticos del Partiya Karkêren Kurdistan (PKK, Partido de los Trabajadores del Kurdistán) así como las del Partiya Azadiya Jin a Kurdistan (PAJK, Partido de Liberación de las Mujeres) iniciaron una huelga de hambre indefinida y alterna el 4 de marzo en las cárceles de Turquía con grupos que se unirán a la huelga cada 10 días. Ambas formaciones son parte de la Koma Civakên Kurdistan (KCK).
Como portavoza del colectivo, Deniz Kaya dijo que su protesta es una “advertencia” al presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el gobierno del AKP. Sus demandas son:
1) el reconocimiento del auto-gobierno del pueblo kurdo
2) levantamiento del estado de sitio sobre las zonas civiles del Kurdistán norte
3) la libertad física de Abdullah Öcalan, preso, continuo aislamiento , en la isla de Imrali desde 1999.
Kaya hizo un llamamiento a aintelectuales, escritores y periodistas que permanecen en silencio y no responden a las brutales masacres, para que levanten la voz y se respeten los valores humanos:
“Necesitamos señalar claramente que nunca nos hemos rendido ante estas sucias políticas en los 43 años de nuestra lucha, y nunca, jamás, nos rendiremos. Quemando a la gente viva en los sótanos y mostrando los cuerpos desnudos de las víctimas, el gobierno del AKP manifiesta el hecho de que ni responde a leyes de guerra ni de humanidad. Erdogan y el gobierno del AKP que han presionado hasta los límites de la tolerancia, serán llevados ante la justicia por el pueblo y el movimiento kurdo”.
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