En el campo de la educación también se libran otras luchas en Kurdistan. Una de ellas, como no podía ser de otra forma, es la del idioma. Si bien el idioma kurdo ha sido y es excluido de todas las esferas públicas y administrativas, durante los aproximadamente dos años que se mantuvieron las conversaciones entre el PKK y el gobierno, se disminuyó ligeramente la presión sobre la lengua kurda. La del idioma fue una de las peticiones que el PKK puso encima de la mesa. En ese momento se autorizó una muy limitada presencia de la enseñanza en idioma kurdo en las escuelas de algunas localidades con mayoría kurda. La ruptura de las conversaciones dejó en suspenso ese tímido avance. Sin embargo, no quedó simplemente en eso. Muchas/os docentes que habían impartido clase en kurdo recibieron la notificación de que serían trasladados a escuelas de otras localidades. Se calcula que en torno a mil docentes fueron removidas/os al oeste del Estado turco en 2017. Ceylan nos cuenta el caso de su hermano, destinado a una ciudad a cientos de kilómetros de Amed, donde vivía y trabajaba. Abbas también nos habla de esa situación a la que han tenido que hacer frente tantas y tantos docentes, muchas/os de ellas/os afiliadas/os del sindicato. Hay casos incluso de parejas en las que ambos/as ejercían de docente y han sido trasladados/as a diferentes destinos. También se refiere Abbas a la hostilidad a la que deben hacer frente en su nueva adscripción, poblaciones alejadas de Kurdistan con un fuerte sentimiento anti-kurdo a donde llegan con la etiqueta de “terroristas”. En el caso de 14 profesoras/es destinadas a una localidad del oeste turco llegaron incluso a recibir amenazas de muerte. El sindicato intenta atender y proteger a dichas/os profesoras/es a través de sus secciones locales, tarea nada fácil bajo una feroz estigmatización de lo kurdo.
Pero la educación turca es también un campo de batalla entre el laicismo y la islamización como política de Estado. Si bien el laicismo fue una de las banderas del proyecto kemalista, la oleada ultraconservadora, ultranacionalista y también islamizante del AKP está inundando prácticamente todas las esferas de la vida, incluida la educación. Si bien el Islam está presente en la región desde hace siglos y es la religión mayoritaria entre la población turca y kurda, existe un intento deliberado y no ocultado de que la religión musulmana tenga cada vez más presencia en la sociedad. Al pasar por cualquier ciudad de Bakur llama realmente la atención el gran número de mezquitas, muchas de ellas nuevas o en construcción, en ocasiones distantes apenas unos centenares de metros. Incluso al viajar por zonas rurales resultan llamativas las mezquitas en pequeños poblados en los que la mezquita no se llenaría ni aunque acudiese todo el pueblo a ella. Los minaretes que caracterizan el perfil urbano y los rezos por megafonía en varios momentos del día hacen omnipresente el Islam en todo el territorio del Estado, convirtiéndolo en una de sus señas de identidad. Esta instrumentalización de la religión por parte del gobierno ha hecho que algunos/as musulmanes/as hayan dejado de acudir a las mezquitas, como así nos lo reconocieron algunos/as compañeros/as kurdos musulmanes/as.
En el sistema educativo, la religión está presente en el mismo momento del acceso a la función docente. Abbas nos confirma los comentarios de días previos de otras personas sobre las pruebas de acceso a la función docente. Anteriormente se accedía mediante una prueba en la que se valoraban la formación y conocimientos relativos al puesto. Con el gobierno del AKP se incluyó una segunda prueba que consiste en una entrevista personal en la que el entrevistador incluye preguntas sobre vida personal, familiar y, ¡cómo no!, religiosa. Además de ello, se solicita información sobre la persona candidata en el entorno religioso correspondiente a su lugar de residencia. Ser musulmán practicante y llevar una vida en base a los preceptos conservadores propugnados por el gobierno facilita enormemente poder acceder al puesto. Lo contrario puede traducirse irremediablemente en la imposibilidad de conseguirlo. Por tanto, al proceso de purgas de profesorado incómodo ya descrito hay que sumar un sistema de selección basado en gran medida en criterios no académicos.
Como no podía ser de otra forma, otra de las víctimas de este sistema es la educación basada en la ciencia, la cual va perdiendo peso de forma progresiva en el sistema público frente a unos cada vez más presentes contenidos religiosos. Ésta es también una de las principales preocupaciones entre los sectores progresistas de la sociedad. En cualquier caso, tal y como nos comenta Abbas, muchas madres y padres no tienen más remedio que enviar a sus hijas/os a colegios religiosos al no disponer de escuelas públicas laicas en su zona. La proporción de centros religiosos en relación a centros laicos se incrementa cada vez más. Además, la inversión en éstos últimos puede verse notablemente afectada en caso de mantener la dirección del centro una postura no sumisa frente a los criterios del Ministerio de educación. Al igual que en otros estados, el proselitismo religioso está también muy presente en el Estado turco. Desde movimientos religiosos se ofrecen facilidades a familias con pocos recursos para que puedan estudiar y recibir otros servicios (manutención, alojamiento…), con el resultado de una captación progresiva de nuevos miembros para esa comunidad.
Abbas nos pregunta si nos importa que se encienda un cigarro. Nos explica que se pone nervioso cuando tiene que explicarnos el tema de los abusos a niñas y niños en algunas escuelas religiosas. A continuación, relata como el profesorado progresista y el sindicato están cada vez más preocupados por el aumento de abusos a menores en escuelas y residencias de estudiantes, así como por la cada vez mayor permisividad frente a ello por parte de profesorado religioso y por parte de diversos sectores sociales. En efecto, el mayor conservadurismo con base religiosa que se está imponiendo en el Estado turco está permitiendo que sectores ultraconservadores presenten estos casos (alrededor de 400 casos documentados en 2017, muchos de ellos incluyendo violaciones y algunos asesinato) como algo asumible y no sujeto a castigo. Son esos mismos sectores, incrustados en las estructuras mismas del Estado (como es el caso de la Dirección de Asuntos religiosos, Diyanet), los que propusieron recientemente disminuir la edad legal del matrimonio.
Texto: Iñaki Etaio, miembro de la delegación vasca a Bakur, de primavera del 2018, en el Newroz. Este reportaje, sobre diversos aspectos de lo que vieron y escucharon está compuesto por 9 secciones.
Pero la educación turca es también un campo de batalla entre el laicismo y la islamización como política de Estado. Si bien el laicismo fue una de las banderas del proyecto kemalista, la oleada ultraconservadora, ultranacionalista y también islamizante del AKP está inundando prácticamente todas las esferas de la vida, incluida la educación. Si bien el Islam está presente en la región desde hace siglos y es la religión mayoritaria entre la población turca y kurda, existe un intento deliberado y no ocultado de que la religión musulmana tenga cada vez más presencia en la sociedad. Al pasar por cualquier ciudad de Bakur llama realmente la atención el gran número de mezquitas, muchas de ellas nuevas o en construcción, en ocasiones distantes apenas unos centenares de metros. Incluso al viajar por zonas rurales resultan llamativas las mezquitas en pequeños poblados en los que la mezquita no se llenaría ni aunque acudiese todo el pueblo a ella. Los minaretes que caracterizan el perfil urbano y los rezos por megafonía en varios momentos del día hacen omnipresente el Islam en todo el territorio del Estado, convirtiéndolo en una de sus señas de identidad. Esta instrumentalización de la religión por parte del gobierno ha hecho que algunos/as musulmanes/as hayan dejado de acudir a las mezquitas, como así nos lo reconocieron algunos/as compañeros/as kurdos musulmanes/as.
En el sistema educativo, la religión está presente en el mismo momento del acceso a la función docente. Abbas nos confirma los comentarios de días previos de otras personas sobre las pruebas de acceso a la función docente. Anteriormente se accedía mediante una prueba en la que se valoraban la formación y conocimientos relativos al puesto. Con el gobierno del AKP se incluyó una segunda prueba que consiste en una entrevista personal en la que el entrevistador incluye preguntas sobre vida personal, familiar y, ¡cómo no!, religiosa. Además de ello, se solicita información sobre la persona candidata en el entorno religioso correspondiente a su lugar de residencia. Ser musulmán practicante y llevar una vida en base a los preceptos conservadores propugnados por el gobierno facilita enormemente poder acceder al puesto. Lo contrario puede traducirse irremediablemente en la imposibilidad de conseguirlo. Por tanto, al proceso de purgas de profesorado incómodo ya descrito hay que sumar un sistema de selección basado en gran medida en criterios no académicos.
Como no podía ser de otra forma, otra de las víctimas de este sistema es la educación basada en la ciencia, la cual va perdiendo peso de forma progresiva en el sistema público frente a unos cada vez más presentes contenidos religiosos. Ésta es también una de las principales preocupaciones entre los sectores progresistas de la sociedad. En cualquier caso, tal y como nos comenta Abbas, muchas madres y padres no tienen más remedio que enviar a sus hijas/os a colegios religiosos al no disponer de escuelas públicas laicas en su zona. La proporción de centros religiosos en relación a centros laicos se incrementa cada vez más. Además, la inversión en éstos últimos puede verse notablemente afectada en caso de mantener la dirección del centro una postura no sumisa frente a los criterios del Ministerio de educación. Al igual que en otros estados, el proselitismo religioso está también muy presente en el Estado turco. Desde movimientos religiosos se ofrecen facilidades a familias con pocos recursos para que puedan estudiar y recibir otros servicios (manutención, alojamiento…), con el resultado de una captación progresiva de nuevos miembros para esa comunidad.
Abbas nos pregunta si nos importa que se encienda un cigarro. Nos explica que se pone nervioso cuando tiene que explicarnos el tema de los abusos a niñas y niños en algunas escuelas religiosas. A continuación, relata como el profesorado progresista y el sindicato están cada vez más preocupados por el aumento de abusos a menores en escuelas y residencias de estudiantes, así como por la cada vez mayor permisividad frente a ello por parte de profesorado religioso y por parte de diversos sectores sociales. En efecto, el mayor conservadurismo con base religiosa que se está imponiendo en el Estado turco está permitiendo que sectores ultraconservadores presenten estos casos (alrededor de 400 casos documentados en 2017, muchos de ellos incluyendo violaciones y algunos asesinato) como algo asumible y no sujeto a castigo. Son esos mismos sectores, incrustados en las estructuras mismas del Estado (como es el caso de la Dirección de Asuntos religiosos, Diyanet), los que propusieron recientemente disminuir la edad legal del matrimonio.
Texto: Iñaki Etaio, miembro de la delegación vasca a Bakur, de primavera del 2018, en el Newroz. Este reportaje, sobre diversos aspectos de lo que vieron y escucharon está compuesto por 9 secciones.
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