La versión oficial turca es clara, y repetida por la prensa como loros: eran miembros del Partiya Karkerên Kurdistan (Partido de los Trabajadores del Kurdistán, PKK). La realidad, sin embargo, emerge después. Y no es la primera vez. En resumen: Ankara miente y gran parte de la prensa occidental reproduce sus mentiras. Lo hace por miedo a que sus corresponsales sean expulsados o bien por no enemistarse con el gobierno "amigo" de la UE que debe acoger a los refugiados que Europa no quiere.
El último caso ha sido en Silopi donde esta prensa ha hablado de enfrentamientos entre el ejército turco y militantes del PKK, cuando no les denomina directamente terroristas. Efectivamente el 6 de abril las fuerzas turcas mataron ocho kurdos en Silopi. Es difícil creer que uno de los supuestos militantes del PKK tuviera 70 años. Simplemente mataron Zülfiye Task, que tenía esa edad, por ser kurdo y vivir en una ciudad kurda.
Entre los muertos también hay Esra Salk, de 2 años, otra supuesta militante del PKK asesinada. El Mundo, por ejemplo, prefiere hablar de "abatida" cuando se refiere a la muerte de kurdos, como si fueran ciervos víctimas de una cacería. En el fondo tiene razón. Es una cacería de personas en medio de la indiferencia internacional.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada