Recordar el pasado, escuchar el presente y prever el futuro de Kurdistan no mueve precisamente al optimismo, aunque la lucha y resistencia de este pueblo demuestra claramente que sigue vivo. Las experiencias que se están desarrollando en los territorios liberados de Rojava alimentan en gran medida la esperanza del pueblo kurdo y de otros muchos pueblos del mundo. Ellas/os mismas/os son conscientes de la potencialidad de lo que en los cantones de Afrin, Kobane y Cizire se está construyendo y defendiendo. El régimen turco también, y de ahí su furiosa respuesta en forma de bombardeos, tanques y yihadistas. Con base en el confederalismo democrático teorizado por Abdullah Öcalan, los territorios liberados por las YPG/YPJ y otras agrupaciones armadas de izquierda se han organizado ejerciendo un modelo de democracia directa que contrasta con los sistemas de sometimiento de poblaciones impuestos a unos pocos kilómetros de allí, ya sea por el Estado turco o por el ISIS y otros grupos islamistas. Los procesos de organización y de participación de las diferentes comunidades (kurda, asiria, árabe, yazidí, turcómana, …) puestos en marcha en Rojava apuestan por un modelo multiétnico en esa convulsa zona del mundo. El papel cada vez más protagónico de la mujer con base en la Jineologî, la ciencia de las mujeres, que coloca a éstas en el centro de la lucha contra el patriarcado, el capitalismo y el Estado, rompe con el papel al que tradicionalmente se las ha relegado. La inclusión de la ecología como uno de los pilares del confederalismo cuestiona la explotación de recursos y el desarrollismo que condena a los pueblos y la naturaleza. Las experiencias de Rojava, con sus dificultades y su todavía precaria estabilidad, irradian su luz hacia los demás territorios kurdos y muestran el potencial del pueblo cuando se libera del aparato estatal centralista y se organiza en base a sus necesidades.
Desde Bakur miran con esperanza a Rojava, y con rabía a Afrin. Viven también con rabía su día a día, en el que el rojo, verde y amarillo sólo se pueden combinar en los espacios privados. A pesar de ello, los permanentes intentos de los estados por tapar el resplandor del pueblo kurdo no pueden impedir que los destellos del sol situado en el centro de la bandera kurda sigan iluminando el camino. La sistemática represión y el profundo sufrimiento no han conseguido doblegar la voluntad de este abnegado pueblo. La clave nos la aporto de forma muy simple el veterano Yilman, al pedirle su opinión sobre la viabilidad de desarrollar el confederalismo democrático en Bakur. Nos contestó que, en las actuales circunstancias, no se puede implementar, ya que la participación política está impedida. Pero recalcó que el pueblo está deseoso de participar en política. No han conseguido apagar ese deseo. Y eso es una garantía de futuro.
Texto y fotografías: Iñaki Etaio, miembro de la delegación vasca a Bakur, de primavera del 2018, en el Newroz. Este reportaje, sobre diversos aspectos de lo que vieron y escucharon está compuesto por 9 secciones.
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