El ministro turco del interior, Efkan Ala, ha anunciado que a las 12 del mediodía daban por terminada la operación represiva sobre la ciudad de Cizîr (Cizre en turco). Sin embargo ha afirmado que continuaba vigente el toque de queda por el que los civiles no pueden salir a la calle y continuan cortadas agua y luz. Tampoco pueden entrar observadores internacionales aunque, para oprobio de la comunidad internacional, nadie se ha molestado en viajar ha Cizre para intentar entrar.
La parte turca ha dado cifras del operativo represivo, el mayor asalto genocida del siglo XXI en un estado de al OTAN. Según el balance del estado mayor turco 577 personas han sido asesinadas. Las fuentes turcas acusan a todas las víctimas de ser miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) pero entre las víctimas hay numerosos menores de edad e incluso bebés. Sólo la última semana entre 70 y 100 personas han sido quemadas vivas en tres edificios de la ciudad después de sufrir un asedio que en un caso se alargó 16 días.
El co presidente del partido de izquierda pro kurdo HDP (Partido Democrático del Pueblo), Selahattin Demirtaş, no ha dudado en calificar de "genocidio" lo sucedido. Demirtaş afirma que el gobierno de la derecha islamista del AKP persigue un horizonte de un solo estado, un pueblo, una bandera, un único partido y un solo líder. Según el dirigente político el AKP usa el islam para conseguir sus objetivos partidistas. Selahattin Demirtaş también ha criticado a los que han callado estas semanas durante el asedio de una ciudad por parte de tropas y policias.De hecho han sido diversos asaltos simultáneos, continúa por ejemplo el de Sur, y tropas turcas se preparan para ataques similares de limpieza étnica en Idil, Nusêbin y Gever.
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