Pinar Gemsiz estaba en el balcón de su casa en el barrio de Gazi de la ciudad turca de Estambul. Agentes de policía la mataron a balazos en, una más, de las muestras de impunidad de los agentes policiales de Erdogan contra población civil. Gemsiz, como gran part de las vecinas del barrio de Gazi, formaba parte de la minoría religiosa aleví perseguida históricamente por los gobiernos turcos. La mentalidad abierta de los alevís en la cuestión de género, la minoría kurda o su interpretación de un islam moderado de raices chiítas los lleva a ser considerados como "infieles" por buena parte de los musulmanes sunnitas. Son de dicha confesión la mayoría de policías turcos. Gemsiz tenía un bebé de tan solo dos meses que ha quedado huérfano.
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