El acuerdo es definitivo y supone el despliegue de tropas rusas, en un número más que significativo en las regiones de Efrîn, en el Kurdistán sirio, así como en Shehba. Dicha región, situada entre Manbij y la propia Efrîn ha sido víctima de constantes ataques por parte de fuerzas pro turcas y el propio ejército turco tras la caída de Al Bab el 23 de febrero de 2017.
Es muy significativo que el acuerdo no ha sido cerrado por las Yekîneyên Parastinê Gel (Unidades de Defensa Popular, YPG) ni por las Fuerzas Democráticas Sirias (Syrian Democratic Forces, SDF)
sino por Jaysh al Thuwar. Dicha milicia, emanada del Free Syrian Army (FSA) forma parte de la oposición siria que no se sometió a los dictados de Turquía y Qatar sino que defiende una Siria democrática y secular. El acuerdo con Moscú, que siempre se ha alineado con el gobierno de los Asad supone un primer paso hacia la reconciliación del Damasco y la oposición secular para hacer frente a los delirios imperialistas de Erdogan y construir una nueva siria desde el respeto a las diferentes étnias y opiniones.
Según el acuerdo las tropas se desplegarán como observadoras de manera similar a como hicieron en Manbij donde acabaron siendo sustituidas por el Consejo Militar de Manbij y tropas de los EEUU. Rusia ya mantiene una base en Efrîn, cerca de Cinderes, pero es la primera vez que se ha desplegado en la regió de Shehba lo que supone un giro de 180 grados en la situación. Ankara y sus mercenarios desplegados de Ahrar al Sham y otras faccions habían expresado su clara intención de ocupar Tell Rifa'at en las próximas semanas.
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