dimecres, 27 d’abril del 2016

Asad y sus camaradas fascistas

Habitualmente se usa el término "fascista" con asiduidad, hasta el punto que se aplica de forma más común en sentido exagerado que real. En el caso de Siria, sin embargo, su uso es estricto, sin matizes, una definición. El régimen de Bashar al-Asad es fascista y, por ello, es lógico que sus referentes europeos sean fascistas. Asad gobierna de forma ininterrumpida desde hace ya 16 años. Lo hace como sucesor de su padre, Hafez, quien actuó como dictador de Siria 29 años. Ambos suman 45 años en el poder. ¿Puede ninguna demócrata apoyar dicho regímen?

El fascismo es un gobierno autoritario, basado en la supuesta supremacía de un grupo étnico, con política corporativistas y militarización del estado. Todo ello aplicable al gobierno de los Asad, padre, hijo y primos o tíos que controlan el 60 % de las empresas sirias. Tal vez ese sea el toque distintivo del fascismo sirio: la corrupción. Sin embargo en el resto hay una continuidad. El padre, Hafez, acogió el dirigente de las SS nazis, Alois Brunner, muerto hace cuatro años en Damasco. Brunner, antisemita y nacionalsocialista furibundo, uno de los responsables més directos de "la solución final", recibió el encargo de Hafez al Asad de reorganizar los temidos servicios secretos del régimen en base a las SS. Lo hizo a la perfección y lo sufrieron decenas miles de civiles en especial muchos kurdos.

Todos estos elementos, si se quiere subjetivos, se pueden contrastar con los referentes políticos del gobierno sirio en Europa. Ayer, por ejemplo, la televisión pública siria, entrevistava a "ilustres" visitantes invitados por el parlamento sirio: una delegación de la extrema derecha europea. No la extrema derecha más populista sino los grupos más radicales y herederos del fascismo italiano y el nacional-socialismo alemán. Entre ellos Roberto Fiore, líder de Forza Nuova, partido que fundó en 1997 en base al ideólogo pro nazi Julius Evola. Fiore se define como un "fascista" y su partido es anti comunista, se opone a la democracia y mantiene posturas ultra católicas. Un ejemplo es su homofóbia.


Dirigentes neofascistas europeos ayer en la TV pública siria


El presidente del parlamento sirio recibe a la delegación de la internacional fascista europea, 2015

No es la primera vez que Fiore visita Siria para mostrar su apoyo a Asad. Ayer lo hizo, una vez más, acompañado por su camarada Udo Voigt. Dirigente del Partido Nacional Democráta (NPD). Actualmente el heredero directo del partido nazi de Hitler. De hecho el NPD fue fundado por oficiales nacional-socialistas como Partido Alemán del Reich en 1950. Sólo en 1964 maquilló su nombre. Junto a ellos apareció el neofascista belga Hervé van Laethem, secretario del movimiento Nation, y condenado varias veces por racismo los últimos años. ¿Puede ninguna antiracista apoyar dicho regímen?



No se trata de excepciones. Ni tan solo de apariciones puntuales unilaterales. La colaboración entre Asad y el fascismo europeo es un continuum. De hecho, uno de los partidos que apoya el régimen es el Partido Social Nacionalista Sirio (SSNP). Su símbolo no esconde la referencia de la svástica nazi. Sus marchas paramilitares son casi idénticas a las de los camisas negras fascistas de Mussolini. Y no es marginal. Con más de 100.000 miembros antes de la guerra, el SSNP es el segundo partido legal de Siria tras el siniestro Baas de Asad que combina el nacional-socialismo árabe con la fidelidad a una familia. Dicho partido se creó en el apogeo del fascismo, en 1932, y cuenta con dos ministros en el gobierno sirio. ¿Puede ninguna antifascista apoyar dicho regímen?

Seguimos. Otro habitual en actos oficiales en Siria es Nick Griffin, ex dirigente hasta 2014 del British National Party. Las visitas del líder neofascista británico, por ejemplo en la reciente "conferencia anti terrorista", son constantes. Griffin, ex eurodiputado del BNP, fue condenado por odio racial en 1998 y 2006 en el Reino Unido. Como los dirigentes de Irán, otro estado aliado a Asad, ha protagonizado posiciones negacionistas del Holocausto nazi.

Evidentemente no podían faltar los Le Pen. Padre, hija y sobrina. Jean Marie Le Pen ya ofreció su apoyo a Asad en 2011 cuando la revolución siria aún no había sido infectada de islamismo. Lo hizo en la misma intervención en que leyó un texto del nazi francés Robert Brasillach. Pese a que Asad sea el responsable de la muerte del 95 % de los civiles víctimas de la guerra civil, para Marine Le Pen "no es un bárbaro". De hecho la dirigente de ultraderecha ha exigido recientemente una alianza con Asad. Más clara aún ha sido Marion Maréchal-Le Pen en su apoyo a Asad pues prepara una nueva delegación de elect@s del Front National a Damasco para mostrar su apoyo al gobierno sirio. No sería la primera. En marzo una delegación de diputados de derecha francesa se reunión con el propio Asad. Entre ellos el máximo dirigente de los jóvenes del FN entre 2012 y 2014, Julien Rochedy o el dirigente del sindicato universitario fascista GUD, Frédéric Chatillon, hoy en el FN.

A ellos hay que añadir el ex dirigente del Ku Klux Klan, David Duke, quien ha explicitado su apoyo a Asad, el ideólogo euroasianista Alexander Duguin o el Frente Europeo de Solidaridad con Siria. Se trata de una de las tapaderas de la extrema derecha europea para aparentar una supuesta solidaridad internacionalista pero que esconde, en realidad, el conglomerado del fascismo europeo. El que convocó la manifestación fascista "a favor de Siria" en Roma en 2013. Impulsada por el grupo de skin heads neofascistas Casa Pound (en referencia al poeta pro fascista Ezra Pound) reunió varias las familias del fascismo europeo. Casa Pound se definen como "los fascistas del tercer milenio". Material del Frente Europeo de Solidaridad con Siria se distribuye, por ejemplo, en la web ultraderechista Zentropa. Dicho "frente" se define como "apartidista y solamente está con la verdad y con quien apoye al pueblo sirio", la táctica de los asadistas para esconder sus inclinaciones neofascistas pese a las evidencias detalladas.




De hecho, en el estado español no han faltado actos de solidaridad con Asad. Protagonizados por plataformas solidarias a menudo tapaderas de grupos ultras. Por ejemplo en los actos de Jaén o Madrid con el periodista falangista Gustavo Morales como ponente; acompañado, en este último caso, por el embajador de Siria en España. A veces, sin embargo, sin tapujos. El Movimiento Social Republicano (MSR) participó junto a Forza Nuova o BNP en la visita del año pasado a Siria. Se reunió con el SSNP, el Baas y el propio presidente del parlamento sirio, Jihad al-Laham, que ayer volvió a recibir a los fascistas europeos. El MSR es uno de los partidos que ha realizado actos a favor de Asad directamente, en una línea similar ha actuado el partido ultra Democracia Nacional o el partido racista y neonazi Alianza Nacional que participó en la reciente concentración del 19 de marzo en Madrid a favor de Asad. Uno de los miembros de dicha formación, Pedro Cuevas, fue condenado como asesino del joven valenciano antifascista Guillem Agulló.

Que fascistas apoyen a Asad no lo convierten en fascista. Su línea política lo hace. Su acogida a los líderes de extrema derecha, al más alto nivel, la reiteración, la emisión en la televisión pública, la recepción e invitación por parte del presidente del parlamento o la inclusión del SSNP en el gobierno sí. Por ello las plataformas de apoyo y frentes a favor del gobierno de Asad, esconden, a menudo, el fascismo en sus entrañas. Por mucha perorata antimperialista que expliciten. La prueba del algodón para descubrirlos es su odio acérrimo al movimiento kurdo. Al fin y al cabo, el proyecto del confederalismo democrático implantado en el norte de Siria está a las antípodas del proyecto fascista y del propio gobierno sirio. 

Cristina Torrent
@CrisTorrentMas


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