dijous, 18 de juny del 2015

Voluntarios internacionales en Tall Abyad


El voluntario internacional Wiliam es amistoso y tiene ganas de conversar. Es de nacionalidad francesa pero vive en el Sureste asiático. Tiene 45 añs, soltero sin hijxs, trabaja en su propia empresa, pero se ha tomado una año sabático. Había hecho el servicio militar en Francia. Aqui vino para luchar contra el Daesh, no por una especial afinidad politica, "si luchasen contra Turquia no me hubiese unido", dice. Pero esto no supone un problema en la relación con lxs companierxs. Incluso con la gente del MLKP, que son lxs mas politizadxs, "hay buen ambiente".

Contactó a través de la página de Facebook de Lions Of Rojava, el proceso llevó un par de meses. Una vez aquí las YPG lo llevaron a la academia militar, doce dias estuvo, le enseñaron el funcionamiento del arma y qué son las YPG/YPJ. Esto ocurrió en el cantón de Jazeera , en el de Kobane en cambio uno se dirige a la Agencia de Proteccion civil, Navenda Desteya Parastina Xweseri.

 "Despues te destinan a una unidad, a no ser que pidas expresamente que te lleven a uno de los dos grupos de internacionales, de unas 20 personas cada uno". Dice que además del mes o dos de llegar y de la academia, pasa un mes mas hasta que te empiezas a sentir cómodo, familiarizado con el idioma, con la forma de hacer de la guerrilla. "Los exmilitares occidentales se sienten algo frustrados por la forma de entender la táctica y la disciplina aquí, y tratan de corregir, pero aquí eso no funciona", dice. "Hay que tener paciencia, igual con el lugar, al principio no me gustaba este territorio vacio, desértico, pero me he acostumbrado, la luz, el cielo, son fantásticos, en el suresteasiático hay siempre humedad y no ves el cielo limpio".

William cuenta que la mayoría de voluntarios internacionales son gente de buen corazón, solo se ha encontrado con uno o dos psicópatas que venía para matar, "la mayoría de la gente lo que quiere es ayudar, pero es al cabo de un par de meses cuando se ve si uno ha conseguido integrarse o se marcha". Nos cuenta que la lucha es caótica, que a menudo no sabes donde estás, ni a donde vas, ni cuando, solo algunos compañeros lo saben. "Pero esta jerarquia en cuestiones de información no es debida a que haya gente mas politizada que otra, ni siquiera a que uno sea un YPG profesional, un cuadro, simpatizante del partido, PKK, o no. En nuestra conversacion no logramos entender a que se debe, quizás a las cuestiones más confusas y banales de la guerra. Cuando se le pregunta por questiones de género, dice que las mujeres son algo áas disciplinadas, que es agradable pelear junto a ellas, que hay alguna bonita, pero en general uno no se plantea mucho si esta rodeado de hombres y mujeres, sino de combatientes. "Durante la instrucción nos aclararon que este no era lugar para relaciones románticas y nos hablaron del celibato".

Hablamos tambien del Daesh, dice que ha visto sus cuarteles, que estan bien construidos, que en las paredes cuelgan mapas tácticos, estan bien provistos de medicinas, son resistentes y se dan el lujo de inmolarse. Así es como comienzan todos sus ataques, con un camión bomba, fundamentalmente porque eso genera panico y confusión: un gran estruendo, se levanta el polvo, la gente se cree que bombardean con mortero y sale corriendo, hasta que alguien consigue llamar a la calma. Wiliam nos cuenta una broma que se hace al respecto del Daesh, a los YPG les gusta coger las botas de los caidos, hay quienes les pregunta si no les resulta desagradable, pero responden que no, que el la gente del Daesh siguen la buena costumbre musulman, ael precepto de lavarse los pies frecuentemente y asi que las botas estan limpias.

@annafrank4

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